Gisela, ecuatoriana, 38 años, cuatro de ellos en España. Tiene tres hijos, ha sufrido dos abortos espontáneos y recientemente acudió a un servicio de urgencias del hospital al que siempre había acudido porque sufría molestias y dolor en la barriga. Sospechaba que podía volver a estar embarazada. Le hicieron una revisión pero, ante la falta de confirmación al respecto, le dijeron que volviera en una semana. Si el resultado era negativo, le cobrarían la consulta