Se trata de una bombilla de 60 watios (aunque hoy su potencia no supera los 4), soplada a mano, con filamento de carbono, y está instalada en el cuartel de bomberos número 6 de Livermore, California. Los científicos se preguntan cómo es posible que haya aguantado tanto tiempo sin apagarse. Debora Katz, físico de la Academia Naval de Estados Unidos, ha estudiado a fondo las propiedades físicas de la bombilla de Livermore. "Se diferencia de dos formas de una bombilla contemporánea. En primer lugar, su filamento es unas ocho veces más grueso...