En aceras o en plena calle no es extraño encontrarse una pila de baño, cartones, botellas, plásticos, papeleras derribadas... Madrid se ha convertido en apenas tres días de huelga de limpieza en un basurero. "Es que huele realmente mal y llevamos muy pocos días", señalaba Susana, en la plaza República Dominicana, donde los peatones tienen que sortear la basura para poder andar por la acera.