Los científicos irrumpieron en las oficinas del grupo financiero Black Rock en Alemania, cortaron una carretera en el centro de Múnich y entraron al museo de BMW, donde se pegaron a un coche de lujo. De Santos y otros 14 activistas fueron detenidos por la policía. Estuvieron una semana encerrados: primero en un calabozo y después en el centro penitenciario de Stadelheim, en Baviera, un estado federal al sureste del país, A poco de cumplirse un año de aquella acción climática, la Fiscalía de esa región reclama 9.600 euros o 320 días de prisión