[c&p] Se habla a menudo de la testosterona, sobre todo para justificar los comportamientos violentos, las ansias de conquista territorial o los arrebatos de ambición [...] Pero si se extirpa la mayor fuente de testosterona en el hombre, sus testículos, tal y como se hacía años atrás con los eunucos o los castrati, podemos observar cambios, por supuesto, pero el hombre no se vuelve necesariamente menos agresivo de lo que lo era antes.