De no ser Podemos un partido distinto, hecho por y para la gente, y el mejor de los instrumentos concebido hasta la fecha para asaltar los cielos, de no ser sonrisa y hasta poesía, si no se supiera que Podemos nació para encarnar el espíritu de la auténtica democracia y la pluralidad, cualquiera podría decir que es una formación política muy parecida a las demás, jerarquizada en extremo, y que, como ellas, vive sus luchas por el poder que, en ocasiones, derivan en auténticas guerras civiles.