Cuando llegaron los agentes ya sólo vivían allí 122 residentes. Los otros 33 habían fallecido. En cuanto al personal, de las 127 personas que lo formaban, siete tenían el virus y 31 estaban de baja. Todo, según los agentes que intervinieron, se encontraban "agotados física y emocionalmente". Un mes más tarde la Policía volvió al centro. Quedaban allí 102 mayores, veinte menos que en abril. De ellos, 11 habían fallecido y nueve habían abandonado el geriátrico.
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