A mi me gusta ver a un niño esclavizado como a cualquier persona con dos dedos de frente, pero dentro de esa normalidad, a mi lo de que estén cosiendo carteras Gucci de imitación, balones Nike o fabricando balas, pues la verdad es que no me aprovecha, soy un tanto superficial para estas cosas y prefiero verles trabajar, así que obviamente, de toda la vida de Dios mis niños esclavos favoritos han sido y serán, los niños prodigio. [...] Y ese gusto ha seguido hasta la actualidad, así que cuando me enteré que Raulito había hecho una película...