Los españoles conocemos, fundamentalmente, la División Azul, pero hubo otros casos: finlandeses, rumanos, croatas, búlgaros… En general, todos con el denominador común de profesar un visceral anticomunismo. Pero uno de los más curiosos fue, sin duda, el ROA, siglas de Rússkaya Osvobodítelnaya Ármiya (Ejército Ruso de Liberación). El alma y raíz de aquel extraño ejército disperso fue un general soviético llamado Andréi Vlásov, un ruso nacido en 1900 al que el estallido de la Revolución incitó a abandonar el seminario.