Esto crea una nueva panóramica y una nueva visión ¿psicosocial, arquitectónica, paisajística? de la ciudad, pues algunas calles o paseos, no importa la anchura o longitud, se han convertido en una continua disposición de mesas y sillas; mesas que pueden acoger a un máximo de 6 personas, pero que a veces se unen unas a otras sin solución de continuidad. Algunas calles, por ejemplo el Paseo de Rosales en Argüelles, en su parte inicial, es casi una sucesión ininterrumpida de terrazas, llenas a rebosar.