Es algo relativamente común que, antes de dar un concierto, músicos famosos presenten a los organizadores una lista de peticiones de lo más variopinto. El grupo de rock Van Halen, también tenía su lista de exigencias. Y entre ellas, se hizo muy popular una especialmente excéntrica que establecía que en el backstage de los conciertos habría a disposición del grupo un cuenco lleno de chocolatinas M&M's. Con una salvedad: no podía haber ninguno de color marrón.