Estos días estamos asistiendo al nacimiento de un neolenguaje que pretende desviar la atención de los ciudadanos y encubrir la financiación ilegal del PP y los abusos cometidos por sus dirigentes. Lo que estamos viendo estos días es cómo las metonimias, metáforas, elipsis, hipérboles, sinécdoques, anacolutos y otras figuras del idioma son utilizadas por los portavoces del PP para ocultar unos comportamientos infames y para eludir responsabilidades, culpando a otros de sus propias miserias. El espectáculo es sencillamente indecente.