Es tan fuerte la noticia”, escribió el militante comunista Vicente Rueda en su última carta en 1940, recién acabada la Guerra Civil. Preso en una cárcel franquista y sentenciado a muerte, no sabía cómo decirle a su madre cuál iba a ser su final trágico. Vicente Rueda había sido acusado sin pruebas de fusilar a Luis Calamita, director del diario ‘Heraldo de Zamora’, en el comienzo de la contienda, en Madrid. Nunca pudo probarse que Vicente Rueda hubiera estado implicado en la “saca”. Pero pagó por ello igualmente.