Con más de 800.000 votos,la agrupación de electores encabezada por Alvise se ha convertido en otro de los terremotos políticos provocados por las elecciones europeas.Sería un error pensar que esa formación plantea únicamente un reto para el PP al sumarse a Vox en la fragmentación de su bloque ideológico. De hecho, su planteamiento antipolítico se mimetiza con dos intangibles electorales que hoy cotizan al alza: la transgresión y el odio.Por eso,más que una amenaza para las derechas, Alvise supone un toque de atención para el sistema democrático