Las mujeres en las novelas de Galdós son a menudo cuerpo y es su cuerpo el que define parte de su territorio psicológico: su atractivo, su afán por aparentar, su fragilidad, su sensualidad, su esterilidad, incluso su deseo de escapar de la carnalidad para decantarse en mujer espiritual o sabia… Las mujeres hoy mismo seguimos siendo cuerpo: el cuerpo del amor, la conyugalidad y el adulterio, el cuerpo de la prole. El del trabajo, la conciliación tramposa y el cansancio. El delicado cuerpo de Jacinta frente al cuerpo de la voraz Fortunata.