Yo no lo creo. Honestly. Muchos detractores de Rajoy olvidan que a diferencia del tonto histórico, el tonto contemporáneo se caracteriza porque grita y porque, por lo general, goza del aplauso social cuando lo hace —el aplauso, en el fondo, es otra forma de grito—. Conozco gente, en el sentido 2.0 de la noción conocer gente, dispuesta a aplaudir accesos de estupidez tal que este[1], por ejemplo, mientras a Rajoy le critica su inclinación por llegar, soltar sujeto, verbo y predicado, e irse echando leches por donde ha venido.