Es la historia de lo que pudo ser y (por suerte) no fue, pero que podría volver a ocurrir en unos años. En Julio del 2012 el Sol registró una gigantesca tormenta solar, mucho mayor de lo calculado inicialmente. "Probablemente hubiera sido como la gran tormenta de 1859 [conocida como evento Carrington], pero el efecto hoy en día, con toda nuestra tecnología moderna, habría sido tremendo", asegura Janet G. Luhmann, investigadora de UC Berkeley y una de las autoras del estudio.