Los mecanismos industriales de la fábrica son bastante curiosos, incluso ingeniosos podría decirse, en especial por la especialización que muestran para la tarea y por el perfecto encaje de unas partes con otras en un proceso masivo e interminable. Hay máquinas para mezclar, amasar, enrollar… y luego otras que transportan, colocan, dan forma y cortan con una precisión digna de aplauso. Se emplean cubetas, rodillos, rampas, espirales o redes malladas. Todo está perfectamente milimetrado, y no parece que sea muy propenso a fallos.