En 1977, Manuel Jiménez de Parga, titular de la cartera con Adolfo Suárez, planteó la necesidad de profundizar los mecanismos de participación de los trabajadores y de la sociedad. La propuesta nunca salió adelante. Por este motivo, para el empresariado español, que ha preferido que la participación de los trabajadores se vehicule a través de los comités y los delegados de empresa, con un acceso limitado a la información y sin competencias en las decisiones estratégicas, no son lo mismo un modelo y otro.