Oirán muy poco acerca de por qué estos eventos climáticos sin precedentes, históricos, ocurren con tanta regularidad, que decir histórico ya se volvió un cliché meteorológico. Se busca no politizar una tragedia humana que todavía está en desarrollo, lo cual es comprensible, pero aquí está el detalle: cada vez que hacemos como que un suceso meteorológico nos llega de la nada, como alguna acción de Dios que nadie pudo predecir, los reporteros toman una decisión extremadamente política.