Cada vez hay más mujeres dedicadas a hacer frente a la segunda causa de muerte en el mundo: el cáncer. Sin embargo, la realidad es que pocas de ellas llegan a puestos de liderazgo. Los últimos datos sobre la representación en el trabajo de las mujeres oncólogas –publicados en la sesión de ESMO del pasado 9 de septiembre–, muestran que mientras en el 63,7% de los equipos la persona responsable es un hombre, la mayoría de los miembros son mujeres (en un 59,6% de los grupos).