Perdón por pegarte. Perdón por mutilarte el clítoris. Perdón por violarte. Perdón por matarte. Perdón por tantas otras cosas que se me puedan haber olvidado. Perdón por hacerte creer que todo lo que te había hecho era culpa tuya, y no mía. Que tú ibas provocando, que no es que yo fuera un impresentable, un maltratador, un asesino. Por todo ello te pido perdón, prometo que yo no lo volveré a hacer. Quiero asumir mi culpa y pagar por lo que he hecho, y quiero que seas tú quien decida el castigo que merezco.