El cerebro humano, que posee una extraordinaria plasticidad, recibe la información de la red y crea con ella un auténtico universo paralelo, una vida alternativa que planta sus personajes, sus ciudades y acontecimientos junto a los de tu vida física. Hay quien vive realmente entre ambos mundos y permite que su “Mundo.net” y su “Mundo.real” le gobiernen indistintamente las hormonas, los mecanismos de estrés, los sentimientos, la voluntad, la capacidad de iniciativa...