Entender los valores constitucionales y retorcer la voluntad popular democrática y la función de los partidos como lo entienden estos policías y sus mandantes, si se demuestra, constituye un verdadero golpe de estado. Sus protagonistas políticos campan a sus anchas, empezando por el ministro Jorge Fernández Díaz, el director general de la Policía, Ignacio Cossidó, los dos en activo, y por encima de ellos, la vicepresidenta del Gobierno de entonces, Soraya Sáenz de Santamaría y su presidente, Mariano Rajoy, alias M.Rajoy, quizá.