La realidad se está imponiendo ante sus versiones interesadas y maltrechas teorías. Y eso es quizás lo más positivo del momento que vivimos. El Reino Unido, Italia, de alguna manera Francia, dan contundentes lecciones: el dogma neoliberal es una filfa, descarnada cuando vienen mal dadas para todos, y ni a los sacrosantos mercados les gusta la inoperancia, ni el fascismo.