Los artrópodos, el grupo de animales más abundante en la Tierra, poseen todos una cubierta exterior dura llamada exoesqueleto, que les protege de los depredadores y sostiene sus cuerpos. Desde el caparazón de un cangrejo hasta el brillante lomo de una mariquita, los exoesqueletos tienen muchas formas y tamaños, pero la mayoría están hechos del mismo material fibroso: la quitina.
Cuando un artrópodo joven está listo para crecer, las hormonas hacen que su piel comience a mudar, un proceso conocido como ecdisis. La capa exterior del exoesqueleto,