Si el gato no está vacunado y entra en contacto con el virus de la leucemia felina, no siempre quedará infectado, el organismo puede reaccionar y evitar la infección, dependiendo de factores tales como el estado del sistema inmunológico, la edad del gato, la cepa del virus o la severidad de la exposición. La infección ocurre con mayor frecuencia en gatitos muy jóvenes o muy mayores, o en gatos de cualquier edad con las defensas debilitadas por enfermedad, medicación o estrés.