Al simular terremotos en un laboratorio, ingenieros de Caltech han acreditado una forma de propagación de terremotos que ahora se cree responsable del temblor que devastó la costa japonesa en 2011. A lo largo de algunas líneas de falla, que son los límites de las placas tectónicas, se forma una grava de grano fino, conocida como gubia, a medida que las placas chocan entre sí. Al principio detiene la propagación de los terremotos, pero luego desencadena poderosas rupturas. En español:
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