Joe Biden, ese viejo verde, antiguo vicepresidente de la era Obama encargado de ejercer de tácito gobernador colonial en Ucrania, en donde tras estructurar una revolución reaccionaria ejecutada a sangre y fuego, se encargó de azuzar la guerra contra Rusia, exigir la puntual aplicación de las reglas de la austeridad y la privatización de cualquier resquicio público, para acto seguido organizar una gestión del país que abandonaba en manos de oligarcas, políticos corruptos y neonazis armados hasta los dientes.