El castillo de Montilla, en Córdoba, atesora en su subsuelo un complejo industrial vinculado a la elaboración del vino, en lo que sería, según las primeras hipótesis de los arqueólogos, el gran lagar medieval que Fernando el Católico ordenó destruir, junto al resto de la fortaleza, a principios del siglo XVI. Un yacimiento de estas características únicamente tiene parangón en España en Cuéllar (Segovia), donde en el verano de 2010 se localizaron un pisadero y una poza de decantación.