La cebolla crujiente saltó de los perritos de IKEA al sushi, las ensaladas, los pokés o las hamburguesas, y ahora está literalmente hasta en las sopas. ¿Ha llegado el momento de decir basta? Cada época tiene un ingrediente o preparación de moda. De algunos nos hemos hartado un poco por su ubicuidad -como las gyozas o la tarta de queso- y después están los que eran una mala idea ya de salida, como el jarabe de Modena o el falso sabor a trufa (más conocido como “gas natural”). La cebolla frita de bolsa es una mezcla de ambas.