Esta expresión junto a todas sus variantes (¡Mierda mosquete! ¡Dichoso trasto! ¡Puto cacharro! etc) fueron posiblemente las exclamaciones más escuchadas durante los siglos XVI al XVIII. Piedra, chispa y pólvora ¿Qué puede salir mal? Podía ocurrir que derramaras pólvora por fuera de la cazoleta descontrolándose la ignición, disparar sin haber sacado la baqueta del cañón, que reventara el arma, que se te dislocara el hombro con el retroceso, que estuviera húmedo el cartucho y la pólvora, que se atascara el fino agujero llamado oído...