Las devastadoras consecuencias de un conflicto nuclear a gran escala causarían una catástrofe sin precedentes, no solo por las muertes directas, la destrucción de industrias e infraestructuras, el colapso económico y administrativo y la contaminación radiactiva, sino también por las graves alteraciones climáticas a nivel global durante los años posteriores. Los efectos en el clima darían lugar a una drástica reducción en la producción agrícola y aumentarían las enfermedades, agravando con ello la situación a que se enfrentaría la sociedad.