Cuando se produce un déjà vu, lo que sucede es algo semejante a la inversión de ese esquema de procesamiento de los recuerdos: la información percibida o los sentimientos que se experimentan en un momento dado pasan en primer lugar al cajón de la memoria a largo plazo y, por esta razón, se tiene la sensación de que se vive esa experiencia por segunda vez . “Es como si el cerebro se hubiera saltado varios pasos y por eso la persona tiene la impresión de que está recordando, cuando en realidad está viviendo algo nuevo”, apunta la psicóloga.