Es muy fácil destruir, desmontar, aniquilar, privatizar. Pero es muy difícil construir, avanzar, organizar, socializar. Que Esperanza Aguirre esté acabando con la sanidad pública no es una novedad. Parece su principal objetivo, su razón de ser, el grueso de su gestión. Sí lo es la ansiedad y el descaro que tanto la Presidenta como Telemadrid, su Ministerio de Educación Popular y Propaganda, están demostrando en la recta final de la demolición.