El marxismo siempre ha estado contra el industrialismo, desde sus inicios, cuando la Primera Revolución Industrial, en Inglaterra, a fines del siglo XVIII, allá en Manchester. Y el cine se ha hecho eco del marxismo, con infinidad de películas, para cada generación, sobre (y contra) las “pésimas condiciones de trabajo” de los obreros “explotados”, o sea el “proletariado”, etc.