Una jaula de hierro, con sus propias jaulas bajo el sesgo de tanto tienes tanto vales... Incapaces de ver a quien tenemos al lado nos cuesta, más aún, reconocer a quienes llaman a la puerta. Y así la maquinaria de los tiempos (pos) modernos tritura inmigrantes, refugiados, y excluidos de todo tipo y condición, bajo la lógica del Austericidio, de tratados de la Vergüenza y de discursos del miedo que busca justificar el odio al diferente. O, aún peor normalizando la barbarie hasta hacernos insensibles a su drama.