Entraron al banco con la llave de una puerta trasera. Una vez adentro, amenazaron con sus armas a los 15 empleados, los ataron con precintos y llegaron a la bóveda donde se encontraba el tesoro, de donde se robaron cerca de 300 mil pesos. Antes de huir, y mientras el personal bancario seguía maniatado, lanzaron granadas de gas lacrimógeno, que llenó de humo todo el lugar, y arrojaron sobre la calle clavos "miguelitos" para evitar una persecución. A la salida, los esperaba una camioneta 4x4, con la que escaparon con el motín. Todo, en 5 minutos.