Nada le parecía bien. Ni la embajada de Ouagadougou (Burkina Faso), ni la de Naypyidaw (Myanmar), ni la de Aleppo (Siria) ni una agencia consular en Guantánamo. ¡Qué mujer!. En un acto de generosidad Yolanda Díaz le ofreció hace un tiempo la embajada de Santiago de Chile, pero la exministra de Igualdad le dijo que “no, es no”. ¡Qué humos!. No le gustará tanto Allende y Víctor Jara si es capaz de rechazar una oportunidad así. El cuerpo diplomático ahora mismo tiene competencias que ya le hubiera gustado a Carlos I o al CGPJ.