Imaginaos que a una hija de Pablo Iglesias e Irene Montero, dentro de veinte años, la pillan trincando 46 millones de euros de las arcas públicas. Imaginemos que a la Niña Iglesias Montero la condenan a 29 años de cárcel. Imaginemos que la niña aun esconde otra pasta. Imaginemos que la niña sale de la cárcel a los seis años porque Pablo Iglesias, con el dinero de Venezuela, por supuesto, la contrata como contable de sus paraísos fiscales y por eso consigue un régimen de semilibertad para ella. La prensa de derechas aullaría.