31 canciones y casi tres horas de duración, frías cifras que no desvelan, más allá de un concierto inusualmente largo (hasta en parámetros Cure), el éxtasis vivido la noche del domingo en el Palacio de los Deportes de Madrid. Y es que, a pesar de llevar 8 años sin publicar un disco y más de 20 sin sacar uno realmente notable, la gente sigue respondiendo a la llamada, con un recinto a reventar para poder ver a una leyenda como Robert Smith repasar una selección con lo mejor de su repertorio acompañado de una banda de altos vuelos.