En todo Estados Unidos, los activistas que protestan contra el genocidio en curso en Palestina se enfrentan a una represión policial extrema. Durante décadas, la policía ha empleado la violencia y tácticas militarizadas para sofocar los movimientos sociales en todo el país, lo que se ha traducido en asesinatos y brutalidad policial persistentes. Esta tendencia nacional al aumento de la represión estatal constituye una grave amenaza para los movimientos sociales. A lo largo del mes de mayo, más de 2.500 manifestantes fueron detenidos.