«La Navidad es una celebración patriarcal, cisgénero y normativa que maltrata a los animales», sentenció Hitler. «Qué duda cabe, mi Führer», apostilló Linge. «¡Es una patraña que perpetúa la sumisión a la oligarquía eclesiástica!», gritó el líder del NSDAP como si estuviera en la cervecería de Múnich. «Este año de 1941 vamos a poner fin al cristianismo. Voy a aplastar a la Iglesia. Se acabó –hizo una pausa dramática para subir el flequillo y tomar aliento–. Tengo grandes ideas».