María Sueiro mantiene una batalla burocrática para poder casarse con su pareja, la egipcia Riham Hafiz, y lograr un visado que normalice su situación en Malasia y viajar a España. En Malasia no es legal el matrimonio homosexual, al igual que en Egipto, donde está duramente penado, y la policía malaya aplica la sharia (ley islámica) sobre los locales, encarcelándolos si mantienen relaciones con personas del mismo sexo, pero se tolera en los extranjeros.