Recientemente, un grupo de investigadores ha intentado responder, con un estudio, a un debate que lleva varios años abierto: ¿los insectos son capaces de sentir dolor? Para ello han realizado una revisión de la literatura disponible, cuya conclusión confirma que los insectos tienen los mecanismos necesarios para experimentar el sufrimiento. Aunque estos resultados, matizan los responsables, no son una prueba definitiva y se han de complementar en un futuro con más trabajo conductual, psicológico y hormonal.
Lars Chittka, profesor de ecología