Autobuses quemados, estaciones de servicio incendiadas, tiendas y bancos consumidos por el fuego. En la última semana, el estado de Ceará, en el norte de Brasil, se ha visto envuelto en llamas, en una serie de acciones coordinadas presuntamente llevadas a cabo por bandas criminales. El primer desafío importante para el nuevo presidente brasileño, el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien, entre otras cosas, ha hecho campaña a favor de una política de mano dura contra la delincuencia.