Sean radicales de izquierdas o de derechas, los partidos políticos o grupos que no condenen, ejerzan, o hagan apología de la violencia deberían ser ilegalizados. La Ley debería ser mucho más dura contra los skin heads, nazis, etc., que amedrentan a los ciudadanos en ciudades como Madrid, Salamanca, etc., y que actúan con bastante impunidad. Ya va siendo hora de cortarles las alas a esos canallas.