Córdoba habita en el corazón del calentamiento global. Todas las previsiones indican que en las próximas décadas la temperatura puede proseguir su escalada en dos, tres, quizás cuatro grados de media. Menos lluvia y más sol. La pregunta, por lo tanto, cae por su propio peso. ¿Está la ciudad preparada para ese escenario? ¿Están planificando nuestros gestores soluciones para mitigar los efectos del calentamiento que se avecina? La respuesta es muy simple. No.