-¿Es España un país racista? -No lo creo. -Y por motivos religiosos, porque usted era Testigo de Jehová y tuvo problemas en el Barça y en el Mallorca... -Sí, era otra historia. Yo me hice Testigo de Jehová en Barcelona. Al poco, en 1968, entró un nuevo presidente, Narcís de Carreras, que era íntimo amigo del obispo de la Seu de Urgell, que tenía mucha influencia en el Barcelona. Prohibieron al entrenador, Artigas, que me alineara si yo no renunciaba a ser Testigo de Jehová. Lo veían intolerable. Nunca cedí al chantaje.