Además de vender espacios publicitarios, las revistas de avión venden destinos; a veces, países enteros. Lo cual está muy bien cuando la revista en cuestión es KiaOra,de Air New Zealand, y el país del que habla es una democracia isleña bucólica y en pleno auge. Pero da la impresión de que no hay línea aérea que no tenga su propia revista, y cuando me senté a leerlas me llamó la atención con qué frecuencia sirven de instrumentos de propaganda para Estados asolados por el terror, gobernados por dictadores o acosados por revoluciones.